Historia

Reseña Histórica

El 12 de mayo de 1937 se fundó en Santiago de Chile el Instituto de Ciencias Penales, corporación de carácter “científico, privado e independiente”, creada “con el objeto de estudiar las ciencias penales bajo todos sus aspectos y contribuir a su progreso (…)”, según puede leerse en su acta de fundación. Los socios fundadores se reunieron por iniciativa del médico Israel Drapkin, Director del Instituto Nacional de Clasificación y Criminología, y por invitación de Manuel Jara Cristi, Director General de Prisiones. La composición de su primer Directorio y el perfil de sus treinta y seis socios fundadores (en su mayoría médicos y abogados) daba cuenta de la amplitud disciplinaria y metodológica que caracterizaba al positivismo de la época.  Raimundo del Río fue su primer Presidente, Carlos Valdovinos su primer Vicepresidente y el propio Israel Drapkin su primer Secretario. El Directorio se integró además con Pedro Ortiz Muñoz, Daniel Schweitzer, Valetín Brandau y el médico Fernando Allende. Entre los socios fundadores se contaban también nombres como los de Miguel Aylwin (Pdte. de la Corte de Apelaciones de Santiago), Abraham Drapkin (Secretario General de la Dirección General de Prisiones), Gustavo Labatut  (Abogado y Profesor de derecho penal), Francisco Landa (Director del Instituto Médico Legal), Gregorio Schepeler (Ministro de la Excma. Corte Suprema), Luis Tirapegui (Profesor de Psicología), además del propio Manuel Jara Cristi. El Instituto asumiría poco después la responsabilidad de la edición de la Revista de Ciencias Penales (que se editaba ya desde 1935), ocupando más tarde la presidencia el profesor Luis Cousiño. En coincidencia con los cambios culturales del siglo, dos décadas más tarde el Instituto daría un giro hacia el cultivo predominante de la dogmática-jurídica. Se inaugura así un período de especial esplendor para el Instituto y la ciencia penal chilena. Un período intenso en actividades científicas y editoriales (la propuesta de Código Penal Tipo para Latinoamérica  y el auge de la Revista de Ciencias Penales coinciden con este período), a la vez que decisivo para la composición del fondo bibliográfico del Instituto (a su tiempo una de las mejores colecciones especializadas de Latinoamérica). Esta fase está marcada por la iniciativa de directores y socios del Instituto como Eduardo Novoa Monreal, Álvaro Bunster, Juan Bustos, Mario Garrido, Sergio Politoff, Enrique Cury, Alfredo Etcheberry y Luis Ortiz, entre otros destacados penalistas de nuestro medio. Tras la fractura post ’73 y un período de decaimiento financiero hacia comienzos del presente siglo, distintas generaciones de cultores del derecho penal convergen hoy para mantener viva la memoria de quienes forjaron el Instituto y reemprender la actividad científica y editorial que constituyó su sello. La reedición de la Revista de Ciencias Penales (en su sexta época), los ciclos de Conferencias Regionales organizados en conjunto con los Colegios de Abogados, su Mesa de Actualidad Jurisprudencial en las Jornadas Chilenas de Derecho Penal y Ciencias Penales, y la próxima reinstauración del Premio Pedro Ortiz Muñoz, son algunas de sus iniciativas más palpables. La directiva actual está compuesta por Carlos Künsemüller (Presidente), Héctor Hernández (Vicepresidente), Javier Wilenmann (Secretario Ejecutivo) y los Directores Claudia Cárdenas,  Raúl Carnevali, Alfredo Etcheberry (Director vitalicio), José Luis Guzmán, Héctor Hernández, Francisco Maldonado, Jean Pierre Matus, Guillermo Oliver, Luis Ortiz Quiroga (Director Vitalicio), Alex van Weezel, y Tatiana Vargas.